Es extraño volver a ti… ya han pasado dos años, nos han pasado tantas cosas, solo los dos sabemos de nuestra secreta y extraña historia, siempre los dos, en la misma habitación, con las luces apagadas y el silencio de nuestro lado.
Recorrí aquel camino a tu casa, el cual conozco de memorias, recordando lo ocurrido hacia ya tantos años, sonriendo, lo cruce por tanto tiempo, tantas cosas viví, tantas emociones sentí, que ya no están allí. Camine en línea recta hasta llegar, cruce la entrada y subí las escaleras, recordando que antes se me apretaba el estomago y me temblaban las piernas de solo saber que tras esa puerta estarías tú. Vi tu rostro sonriente como siempre, no pude evitar lanzarme a tus brazos, era tan extraño estar así sin que se me revolviera el mundo. Atravesé aquella puerta, y sentí como si el tiempo no hubiera pasado, dos años los cuales nunca ocurrieron, parecían parte de un largo sueño, pero estaba allí, dos años más grande, con esa madurez y sabiduría que dan los años, y tú tras de mí, sonriente como sino creyeras que estuviera ahí.
Sin ninguna intención de mi parte, terminamos en tu cama, haciendo lo de siempre, pero esta vez fue tan diferente, estábamos tan desconectados uno del otro que a ratos terminábamos en carcajadas, pero aun así nada impidió que siguiéramos con lo nuestro. Recordamos tantas cosas, a veces se me olvida que hace casi 7 años que nos conocemos, que estuvimos años en un juego de correr y alcanzar, y que cuando por fin estuvimos juntos fue lo más destructivo que pudimos hacer, o por lo menos para mi. Vivimos tantas cosas, en aquella habitación, escondidos de la luz tras aquella oscura cortina, empecé de cero contigo, y ahora me encontraste tan diferente, más grande, pero aún así nunca dejaste de mencionar que era una niña, siempre lo has sabido, aunque el mundo siempre me vea grande, nunca lo he dejado de ser, y tú con tanta seguridad en tus palabras lo repetías una y otra vez, que lo empecé a recordar, nunca he dejado de ser una niña…
Terminamos durmiendo, el cansancio nos gano y caímos. Al despertar fue extraño, estabas de nuevo allí después de tanto, pero solo por un rato, ya que siempre he sabido que tienes tu camino y yo el mío, que siempre han sido incompatibles, te mire dormir y simplemente te abrase, tratando de olvidar por un rato mi presente y devolverme a tu pasado.
Llego el momento de irme, y retrocedí otra vez, me tenía que ir antes que llegaran, volví a ser la invisible de antes, la que nunca estuvo y nunca dejo rastro, con un beso me despedí y agradeciéndome por ir partí, fue lo que necesitaba, un rostro conocido para descansar un rato, para olvidarme de todo y simplemente estar ahí.