lunes, 11 de julio de 2011

Cuando la reserva se acabo...


Llegue a un punto donde todo ya lo he pensado tanto, que el sentido por más que intento buscarlo, no aparece. Darle más vueltas al parecer no resuelve nada, termino sacando conclusiones poco favorables hacia mi persona, siento que pague más por ti de lo que valías realmente…

Las semanas han pasado y tu presencia aún me perturba, aunque aquel cariño con el que miraba nuestros recuerdos cada día va desapareciendo, y lo que no se quiere recordar está cada vez más presente. Amontonados sobre un estante, tus recuerdos, están ahí, esperando su sentencia, tal vez de muerte o de vuelta a ti, no se que es peor, pero es tan poco el ánimo me queda, que el tan solo hecho de pensar en volver a verte me perturba, así que  lo mejor será que queden amontonados en aquel rincón o terminen en contacto con el calor, en cenizas, como está quedando lo que alguna vez llamado amor…

Mi pequeña obsesión por analizar las cosas y Yo hemos intentando entender el origen del todo, pero me ha quitado varias horas, y por más razones que intento buscar, no encuentro ninguna coherente, no por lo menos para el común de la gente.
Y simplemente el tiempo se acabo, la caducidad se acerco y solo hice lo que tenía que hacer, botar lo que ya no se podía consumir, lo que más daño podía producir.  

A fin de cuentas no queda otra cosa más que aceptar que yo nunca tuve lo que realmente necesitas, un cariño constante y obsesivo, absorbente y enfermizo. Perdón por ser normal, pero de verdad, di todo lo humano que de mi salió, y si aun así con eso no fue suficientemente bueno para ti, entonces no hay nada más que te pueda dar….

 ¿Cuándo llegamos al punto donde no hay nada más que dar?
       ...Cuando deciste callar...

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